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La comunicación: clave para adoptar innovaciones educativas con tecnología

Foto del escritor: Alejandra González DávilaAlejandra González Dávila

Innovación en la educación

La incorporación de recursos tecnológicos con fines educativos en nuestro país tiene ya varias décadas, en cuyo trayecto se han tenido que enfrentar diversos retos importantes como el acceso a equipos y programas informáticos, capacitación docente, escalabilidad de programas o la infraestructura escolar, entre otros desafíos (González, 2024).


Algunas innovaciones educativas fueron presentadas como una revolución en el aula, prometiendo un aprendizaje más dinámico y participativo. Sin embargo, su implementación a gran escala no siempre ha tenido los resultados esperados, como sucedió con los pizarrones interactivos (SEP, 2012) que se instalaron en algunas escuelas públicas de nuestro país en el primer sexenio del siglo XXI. Y es que en la historia de las innovaciones tecnológicas educativas existen algunos procesos que han pasado por alto las necesidades de los usuarios finales, la comunicación efectiva, los beneficios de la innovación, y la gestión del cambio de manera adecuada.


Estos elementos indican que la innovación por sí sola no garantiza el éxito, se necesitan varios factores que van más allá de la creación de algo original, por ejemplo, el comprender cómo se propagan las nuevas ideas y tecnologías en la sociedad. Al identificar los factores que influyen en su adopción, se pueden diseñar estrategias más efectivas para promover la innovación y el cambio social.


La teoría de la difusión de las innovaciones (TDI) es un modelo sociológico que ofrece algunos escenarios a tener en cuenta y el modo de transitarlos cuando se implementan proyectos de innovación al interior de las instituciones. El modelo TDI es transferible a las instituciones educativas y se refiere al proceso mediante el cual una innovación se disemina entre los miembros de un sistema social, mediante ciertos canales de comunicación (Urbizagástegui-Alvarado, 2019).


El modelo original fue creado a partir de las investigaciones realizadas por Everett Rogers (1963) y centra su atención en las proporciones de adoptantes de la innovación al interior de una organización a partir de ciertos patrones de comportamiento de los subgrupos del colectivo que son predecibles porque no dependen del tipo de tecnología.


El hallazgo sobre estos comportamientos juega un papel importante para los tomadores de decisiones al interior de una institución y para los encargados de las políticas públicas nacionales, dado que los resultados exitosos de la implementación y posterior apropiación tecnológica dependen de una comunicación adecuada con los futuros adoptantes.


La TDI proporciona orientaciones muy útiles a partir de las interrogantes e inquietudes que han manifestado muchos docentes que conviene tomar en cuenta cuando se pretende llevar a cabo una innovación, dado que las políticas públicas educativas no funcionan sin la anuencia de quienes deben aplicarlas. Por ese motivo es importante ponerse en el lugar de los docentes y responder estas preguntas antes de implementar un programa de adopción de tecnologías digitales:


  • Ventaja relativa: ¿Qué ventajas ofrece la nueva tecnología con respecto a lo que ya existe? Los adoptantes tienen una idea de mejora, por lo que la sensibilización previa y la narrativa durante la implementación debe convencerles de que la nueva tecnología es preferible que la existente. En este sentido es importante crear expectativas realistas del valor de la innovación.

  • Compatibilidad: ¿La nueva tecnología es consistente con las necesidades, los valores y las experiencias de los adoptantes? Es importante tomar en cuenta las vivencias previas para no repetir errores del pasado.

  • Complejidad: ¿Qué tan difícil es aprender las funciones que se ofrecen con las nuevas herramientas? La percepción de dificultad puede desalentar a los usuarios y reducir su disposición para aprender algo nuevo.

  • Observabilidad: ¿En cuánto tiempo y en qué situaciones específicas se podrán apreciar los resultados positivos de la innovación? Es recomendable que la implementación considere etapas y márgenes de tiempo para que los usuarios adopten con paciencia el proceso.

  • Experimentación: ¿Es posible hacer pruebas suficientes antes de llevarlas a la práctica? Los usuarios deben contar con recursos accesibles para conocer más y probar algunas opciones sin que ello les lleve a la frustración en el escenario real. Esto incluye capacitación, sesiones de práctica y el intercambio de experiencias entre los usuarios.


El tratamiento cuantitativo de las diferentes muestras en las instituciones en las que Rogers trabajó en sus investigaciones le permitieron reconocer cómo se difunde la adopción tecnológica en una curva normal (figura 1):


Figura 1

Difusión de adoptantes en una innovación tecnológica

Fuente: González, 2024.
Fuente: González, 2024.
  • Innovadores (2.5%). Son un pequeño grupo de la institución que decide adoptar una nueva herramienta de inmediato. Se trata de personas emprendedoras y automotivadas, a quienes les agrada probar las innovaciones sin temor a arriesgarse. La actitud les ayuda a aprender fácilmente y apropiarse de la tecnología.

  • Adoptadores Tempranos (13.5%). Son expertos en sus áreas de conocimiento, pero suelen ser más cautelosos y mesurados en su manera de aproximarse a las nuevas tecnologías, a las técnicas y las ideas detrás de ellas. Generalmente tienen éxito en la apropiación porque son reflexivos y pueden ser un modelo para los demás.

  • Mayoría Temprana (34%). Este grupo lo componen las personas que les toma mucho tiempo decidirse a usar una nueva herramienta. Dado que se ubican entre los adoptantes tempranos y los tardíos, este grupo tiene los elementos clave del tipo de comunicación que es necesario hacer en la institución para sensibilizar a las personas sobre el cambio que se avecina y ayudarles a tomar la decisión.

  • Mayoría Tardía (34%). Son personas escépticas que adoptan después del número promedio de los miembros de la institución porque no tienen otra opción. Se mueven por motivación extrínseca ya que no están convencidos de las nuevas ideas y se ven en la necesidad de responder debido a su situación económica o a la presión social. Las incertidumbres de la innovación deben ser removidas para sentirse seguros en la adopción de la innovación.

  • Rezagados (16%). Este grupo está constituido por el resto de los miembros que se han negado a la innovación por diferentes razones. Cuando se deciden a conocer la innovación ya es demasiado tarde porque es posible que se trate de algo obsoleto.


Como puede advertirse, el modelo TDI tiene un componente psicosocial dado que la apropiación de tecnología cruza por las expectativas de desempeño y de esfuerzo que representa para los usuarios, así como de la influencia social en el marco de la innovación y de ciertas condiciones facilitadoras que bien podrían abordarse en otro artículo tales como género, edad, obligatoriedad del uso de la innovación y de la experiencia previa de los destinatarios finales, es decir, docentes y estudiantes.


Las percepciones de los posibles usuarios acerca de las ventajas, dificultades, tiempos y categorías de los adoptantes marcan la diferencia en el ritmo de apropiación de la tecnología. El modelo, basado en experiencias previas, destaca la importancia de transitar por etapas clave para lograr una integración exitosa de la tecnología en los centros educativos. Además, una comunicación efectiva hacia los integrantes del sistema es fundamental en el proceso de decisión para adoptar la innovación.


Algunas ideas para lograr la comunicación inician con un diagnóstico de las necesidades de los usuarios, seguido de pruebas piloto con las nuevas herramientas tecnológicas. También es importante difundir sus beneficios mediante pláticas, infografías informativas, ejemplos de usos concretos en asignaturas o campos de conocimiento curriculares. La capacitación continua a través de talleres, y la divulgación de buenas prácticas durante la implementación son esenciales. Por último, es clave evaluar los resultados y comunicarlos a los usuarios finales.



 

Referencias


González, A. (2024). Buenas prácticas y decisiones docentes sobre el uso de tecnologías digitales en el contexto de emergencia por COVID-19. Tesis-IESPE.


González, A. (2022). De las propiedades educativas de la tecnología y otras falacias. Correo del Maestro, 26(310), 49-51. https://issuu.com/edilar/docs/cdm-310?fr=sMmI3YjQ2OTc1ODE


SEP, Secretaría de Educación Pública (2012). Libro Blanco Programa Enciclomedia 2006-2012.


Urbizagástegui-Alvarado, R. (2019). El modelo de difusión de innovaciones de Rogers en la bibliometría mexicana. Palabra clave, 9(1), 71-71.

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