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Repensar la práctica docente: qué mantener, qué eliminar y qué adaptar


Una mirada reflexiva al inicio del ciclo escolar


Con cada nuevo año escolar, los docentes enfrentan el desafío de planificar, innovar y mejorar sus prácticas. Para la educadora Ella Miesner, esta planificación comienza con una pausa intencional: reflexionar sobre el ciclo anterior. En su artículo publicado el 22 de julio de 2025, la maestra Miesner propone una guía sencilla pero poderosa basada en tres verbos: mantener, eliminar y adaptar.


Este ejercicio, señala la autora, permite a los docentes construir a partir de lo que ya funciona, soltar lo que entorpece e incorporar mejoras necesarias, todo con la mirada puesta en el aprendizaje efectivo y humano.


Repensar la práctica docente: qué mantener, qué eliminar y qué adaptar

Lo que vale la pena conservar: prácticas que funcionan


Miesner sostiene que los profesores suelen ser expertos en conservar información, pero aclara que no todo lo que se ha hecho antes merece repetirse. Para discernir qué mantener, recomienda distinguir entre lo que simplemente gusta y lo que verdaderamente mejora el aprendizaje. En su caso, conservará aquellas estrategias que produjeron impacto medible y emocional.


Una de ellas es la retroalimentación significativa. La autora comparte un ejemplo poderoso: una estudiante le escribió, “Me encanta que deje una respuesta para cada tarea, por pequeña que sea. Demuestra su dedicación, lo que me ayudó a sentirme conectada” (Miesner, 2025). Este tipo de interacción no solo mejora el rendimiento académico, sino que fortalece la relación docente-estudiante, un factor clave para la participación y el aprendizaje.


Otra práctica que mantendrá es la recuperación de exámenes. Miesner explica que permite a sus alumnos rehacer evaluaciones en clase y conservar la calificación más alta. Según ella, esto no significa bajar los estándares, sino “reconocer la humanidad del estudiante”. Un alumno expresó: “Yo me equivoqué mucho en muchas clases este semestre debido a lo inestable que ha sido mi vida personal” (Miesner, 2025), reflejando la importancia de ofrecer segundas oportunidades.


Además, subraya el valor de la estructura en el aula. Aunque temía que sus estudiantes de preparatoria considerarán infantiles ciertas rutinas como tareas semanales fijas o dinámicas grupales, los comentarios revelaron que estas estructuras aportaban claridad y seguridad, ayudándoles a gestionar mejor su tiempo.


Dejar atrás lo innecesario: el espejismo de la pseudoproductividad


La segunda fase del ejercicio propuesto por Miesner consiste en eliminar prácticas sin impacto. Aunque admite disfrutar tareas como responder correos de inmediato, ordenar materiales o rediseñar hojas de trabajo, concluye que muchas de estas acciones son “pseudoproductivas”. Son tareas que brindan una falsa sensación de eficiencia, pero que aportan poco o nada al aprendizaje del estudiante.


"La autora señala" que es crucial revisar la lista de actividades semanales para detectar aquellas que pueden delegarse, simplificarse o simplemente eliminarse. Incluso aquellas tareas que no pueden suprimirse del todo, como la calificación, merecen buscarse formas más eficientes de abordarlas.


La innovación con propósito: adaptar con inteligencia


Finalmente, Miesner sugiere que adaptar no es sinónimo de reinventarlo todo. En lugar de cambiar por cambiar, aboga por perfeccionar prácticas existentes y explorar nuevas herramientas con un propósito claro.


Este año, su atención se centra en la inteligencia artificial. Aunque reconoce sus reservas sobre delegar en la tecnología, encuentra inspiración en las palabras de B. F. Skinner, quien afirmaba que “la relación del profesor con el alumno no puede ser duplicada por un dispositivo mecánico” (como se cita en Miesner, 2025). La autora interpreta esto como un recordatorio de que la tecnología debe complementar, no reemplazar, la labor docente.


Ya ha comenzado a experimentar con herramientas como ChatGPT para adaptar textos y QuestionWell para generar preguntas de evaluación, con la esperanza de que la IA se encargue de tareas repetitivas y libere tiempo para lo más importante: la conexión humana y la inspiración.


Compartir la reflexión: un acto de liderazgo pedagógico


Antes de iniciar el próximo ciclo escolar, la maestra planea compartir su ejercicio de “mantener, eliminar y adaptar” con colegas y directivos. Lo considera parte de su responsabilidad profesional y una forma de nutrir el desarrollo colectivo del equipo docente. Invita a otros a hacer lo mismo: “su reflexión podría impulsar el progreso de alguien más”, concluye.


Así, más allá de una simple revisión de prácticas, este enfoque se presenta como una herramienta de liderazgo, comunidad y mejora continua en el entorno educativo.


Referencia:


Miesner, E. (2025, julio 22). Estrategias de enseñanza: Mantener, Eliminar, Adaptar. Edutopia.

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