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Observación de aula y formación docente

  1. Introducción


La observación dentro del aula constituye una técnica de indagación e investigación docente cuyo propósito es recoger evidencia acerca de los aspectos involucrados en el contexto del proceso de enseñanza y aprendizaje. Los instrumentos que ayudan en esta labor pueden ser notas de campo, listas de cotejo, guías de observación, entrevistas, croquis, material audiovisual, principalmente.



Más allá de los formalismos de las técnicas de observación, que en momentos de pandemia como el que vivimos deben replantearse, conviene hacer una reflexión sobre el sentido de observar, desde una óptica crítica, puesto que buena parte del debate en torno a la formación continua de los docentes se centra en los procesos de cambio cuando se implementa un modelo educativo o una nueva metodología de trabajo que, por su naturaleza centrada en un contexto específico, es poco abordado tanto en los programas de estudio de licenciaturas vinculadas con la educación, como durante las capacitaciones que reciben los docentes cuando ya están frente a grupo.


Sea cual sea la formación académica previa, los profesores activos suelen enfrentarse a diferentes paradigmas a lo largo de su vida profesional, y resuelven a su suerte y con los buenos oficios de su vocación las clases de cada día con las herramientas disponibles y sin un seguimiento que les apoye durante la implementación cotidiana en sus aulas.


Diversos organismos internacionales, como la OCDE y UNESCO, han documentado experiencias de investigación que muestran la importancia del acompañamiento y la observación no participante de los docentes como una estrategia de formación continua que tiene mejores resultados durante un proceso de cambio en la cultura escolar (presencial o a distancia), debido a que el acompañante proporciona atención individual al docente en un marco de respeto a sus ritmos y saberes. Adicionalmente, el docente construye un sentido propio que armoniza con el proyecto, lo que constituye un ingrediente esencial para la mejora continua en el marco de un modelo de aprendizaje centrado en los estudiantes, que es el propósito de la vocación docente y el desarrollo profesional.


Comprender lo que hacen los docentes y sus alumnos en interacción, ayuda a consolidar instituciones que aprenden colaborativamente de los mecanismos de reflexión sobre la propia práctica que son más significativos para un contexto específico. Saber que está funcionando es la base del conocimiento de la intervención pedagógica y esto puede llevar a la innovación si se alternan estratégicamente contenidos en formatos concretos, impresos y digitales. Esta es una premisa fundamental del desarrollo profesional docente que implementamos en Potencia Educativa.


  1. Observación en aula y su retroalimentación


La observación dentro del aula puede entenderse como la acción que realiza un asesor pedagógico en calidad de observador no participante (Woods), con el propósito de identificar la conexión entre la planeación de clase, con la secuencia didáctica ejecutada. Los resultados de aprendizaje obtenidos en función de los recursos, las estrategias y las interacciones entre los participantes constituyen la base de una actividad etnográfica para la mejora continua en la práctica docente.


La retroalimentación posterior a la experiencia de la observación constituye una parte de análisis y construcción mutua entre el docente y el observador sobre la base de la descripción densa y la documentación en la Guía de Observación que se utiliza como herramienta de análisis, facilita identificar aspectos específicos como el nivel de protagonismo del alumno, el ritmo de aprendizaje grupal, la diversidad de logros de aprendizaje individuales en los alumnos, las áreas de oportunidad en los contenidos, en la organización de grupo y en la implementación de una propuesta educativa, por mencionar algunos ejemplos.