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Hablar menos para que los estudiantes aprendan más

La manera usual de conducir una clase es transmitir a los alumnos el conocimiento mediante una exposición de un tipo u otro.



Pero… ¿qué sucede si ellos no comprenden? Shannon McGrath, entrenadora de instrucción en educación elemental e investigadora de la Universidad de Michigan nos dice:


En los momentos en que los estudiantes no comprenden, a menudo nos encontramos tratando de explicar más claramente. Pero a veces, que el maestro hable más no se traduce en que los estudiantes comprendan con mayor claridad.


Además, nos dice McGrath, esto conlleva un problema adicional: porque …cuando nos apoyamos constantemente en la explicación del maestro como herramienta principal del aprendizaje, les enseñamos a nuestros estudiantes que somos los dispensadores de información y que ellos son los consumidores. ¿Cómo podemos pasar de una situación en que los maestros poseen el aprendizaje a que éste sea propiedad del estudiante?

Según McGrath, la respuesta está en dejarlos que luchen con los problemas en lugar de resolverlos por ellos.


Jo Boaler, profesora de educación matemática en la Universidad de Stanford, hace énfasis en la importancia de la lucha productiva en el aprendizaje de los alumnos.


Como padres y maestros, hacemos casi todo lo posible para asegurarnos de que los niños no tengan problemas. Resulta que estamos cometiendo un terrible error.


La investigación muestra que luchar es absolutamente crítico para alcanzar el dominio de algo y que las personas con más logros en el mundo son las que más han luchado. Cuanto más comunico este mensaje a los padres y maestros, más historias escucho sobre la transformación personal completa.


La propuesta de ambas especialistas es que permitamos a los estudiantes dejar atrás la dependencia del maestro y alentarlos a que luchen con los problemas en lugar de mostrarles siempre el camino.


Una de las estrategias que propone McGrath es usar preguntas en lugar de explicaciones. Sugiere que el maestro tenga una lista de preguntas para usarlas cuando los estudiantes tienen dificultades para comprender algo. Por ejemplo:


  • Voltee y pida a los estudiantes que se dirijan a un compañero junto a ellos y se pregunten mutuamente: "¿Qué te parece?"


  • Mirando hacia atrás en este ejemplo, ¿puedes responder tu propia pregunta? ¿Alguien más puede responder esa pregunta?


  • ¿Qué preguntas tienes?


  • En este momento, generalmente algún estudiante tiene una pregunta. ¿Quién tiene esa pregunta hoy?


McGrath asegura que mientras más simple sea la pregunta se facilitará un aprendizaje más profundo.


Por último, hay que reflexionar sobre el papel de la lucha en el aprendizaje y en el desarrollo neurológico. Jo Boaler nos dice:


Los neurocientíficos han descubierto que los errores son útiles para el crecimiento del cerebro y la conectividad, y si no estamos luchando, no estamos aprendiendo… (los estudiantes) deberían valorar el tiempo de lucha y saber que están en camino de ser mejores, más sabios y equipados con un cerebro más fuerte. Obtener respuestas correctas está bien, estar atascado y encontrarlas difíciles es fantástico.


Fuente original: redmagisterial.com

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