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Grafiti y muralismo: separados en el tiempo, unidos por su potencial educativo

Actualizado: 25 ago 2023

El arte tiene el poder de trascender los límites de las aulas y crear un impacto duradero en la educación de los estudiantes. Durante el siglo XX, el muralismo se convirtió en una forma de arte educativo revolucionario en México, transmitiendo mensajes sociales y políticos a través de imponentes murales. Hoy en día, el graffiti puede asumir un papel similar en el ámbito educativo, permitiendo a los estudiantes expresarse artísticamente y abordar cuestiones contemporáneas. En este artículo, exploraremos cómo el graffiti puede ser utilizado como una herramienta educativa poderosa, comparable al uso educativo que tuvo el muralismo en su época.



El muralismo: Arte y herramienta educativa en el pasado


Durante las décadas de 1920 y 1930, México fue testigo de la construcción de un movimiento artístico que sería conocido por las generaciones contemporáneas y venideras como El Muralismo mexicano.

Este movimiento fue impulsado por los esfuerzos educativos de José Vasconcelos, entonces Secretario de Educación Pública, quien vio en el arte un instrumento para construir una identidad nacional diferente en México. El escenario que permitió el origen del muralismo en nuestro país es la posrevolución, momento en el que el orden político emanado del periodo de guerra iniciado en 1910 buscaba legitimarse a través de la institucionalización de la Revolución y sus ideales de justicia social.


Como parte de su proyecto educativo, José Vasconcelos facilitó los muros de grandes instituciones públicas. Un ejemplo notable es la actual sede de la Secretaría de Educación Pública y los muros de Palacio Nacional . Pero no fue el único lugar que se cubrió de formas y colores que evocaban una visión particular de la historia de México. Nombres como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, entre otros, se hicieron inmortales en los muros públicos usados como lienzos para transmitir los mensajes sociales y políticos que fueron la norma de la época. Se buscaba hacer de los murales una voz que enseñara historia, cultura y valores, creando un sentido de identidad y pertenencia en la sociedad mexicana.


El grafiti: Una herramienta educativa contemporánea


El graffiti, por su parte, tiene orígenes tanto antiguos como modernos, ya que se dice que nació en la Antigua Roma, donde se usaba un lápiz, en latín graphium, para inscribir y escribir. Se pueden ver los más antiguos ejemplos de graffiti en las paredes de Pompeya. Pero sus orígenes contemporáneos tienen lugar en los años 60 y 70 del siglo pasado. Diversos movimientos culturales juveniles pusieron al graffiti en las paredes, e incluso en la superficie de los trenes, de Filadelfia y Nueva York.

Según Norberto Carlock, la naturaleza del grafiti como lo conocemos comienza como una forma de expresión de contracultura, minorías o sectores que se sentían sin espacio ni forma de ser escuchados comenzaron a “pintar las paredes” para comunicar algo. Pero también ha sido posible “deconstruir” el concepto de grafiti y ponerlo en un lugar diferente, así como hicieron las diferentes industrias comerciales haciendo de artistas urbanos como Banksy, que alguna vez luchó contra el capitalismo a través de sus “pintas” convirtiéndolo en uno de los artistas más cotizados en el circuito comercial o como Basquiat, misma historia diferente época.

En tanto que el grafiti es una forma de expresión, continúa Carlock, entendemos que también es una herramienta de comunicación y esto es lo que hace posible emplearlo con fines educativos. Podemos llevar a cabo ejercicios creativos como explicar algún concepto gráficamente y sin usar palabras, es importante aprovechar el elemento transgresor del grafiti o sólo llamémosle diferente, digamos disruptivo... es casi seguro que muchos alumnos podrán manejar mejor la lata que el lápiz.


También podemos decir que hoy en día, el graffiti puede desempeñar un papel en la educación similar al que tuvo el muralismo en su tiempo. Los estudiantes pueden encontrar en él una plataforma para expresar sus voces y abordar temas actuales. Al permitir que los estudiantes se involucren en proyectos de graffiti educativos, se les anima a investigar y comprender los problemas sociales y culturales que les rodean. Esto fomenta la reflexión crítica, la empatía y el pensamiento creativo, habilidades esenciales en el siglo XXI.


El uso educativo del grafiti puede adoptar diferentes modalidades. Un buen ejemplo de esto fue el proyecto desarrollado por la maestra de arte Shani Líder quien puso en marcha entre sus estudiantes un trabajo colaborativo y multidisciplinario llamado Escribir en las paredes. Se trató de un proyecto de aprendizaje de servicio de un semestre de duración durante el cual los alumnos realizaron un completo estudio histórico y etnográfico en torno a las pandillas de California. Al final, habían integrado el estudio de las bellas artes, las ciencias sociales, las artes del lenguaje y la tecnología.


Los estudiantes mantuvieron blogs de video como una forma de reflexión continua y crearon ensayos fotográficos de su experiencia, que compartieron con estudiantes más jóvenes. Este proyecto es una muestra de las grandes ventajas que puede tener el uso de una herramienta que ya forma parte del lenguaje y la cultura de los alumnos para convertirla en un medio con fines educativos.

Para algunos, quizá el graffiti no puede llenar los zapatos del muralismo. Pero, podría tener relación con el hecho de que no cuenta con el apoyo de todo el aparato del Estado para alcanzar su potencialidad como instrumento educativo.


Sin embargo, las posibilidades existen, incluso la Inteligencia Artificial pudo darnos algunos ejemplos de cómo usar el graffiti con fines educativos. A continuación, presentamos los tres ejemplos que nos ofrece ChatGPT acerca de los usos educativos del graffiti:


  1. Talleres de grafiti: organizar talleres donde los estudiantes aprendan técnicas básicas de graffiti y puedan crear sus propias obras en un entorno controlado. Esto les brinda la oportunidad de experimentar con colores, estilos y formas de expresión artística.

  2. Proyectos comunitarios: fomentar la colaboración con la comunidad local para embellecer espacios urbanos. Los estudiantes pueden trabajar junto con artistas profesionales para crear murales de graffiti en muros designados, transmitiendo mensajes positivos y promoviendo la cohesión social.

  3. Estudio del grafiti como forma de arte: Integrar el estudio del graffiti en el currículo escolar, explorando su historia, estilos y su influencia en la cultura contemporánea. Esto puede abrir un diálogo en el aula sobre la libertad de expresión, la responsabilidad y la apreciación del arte urbano.

Así como el muralismo tuvo en su momento un impacto en el plano educativo en la sociedad mexicana, hoy podemos aprovechar esta forma de expresión espontánea y contemporánea para alcanzar propósitos educativos en los campos formativos dedicados al arte, el lenguaje y la historia.



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