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8 estrategias para que los alumnos participen a distancia, más y mejor

En todas las aulas hay estudiantes que siempre tienen la mano levantada para participar y hay otros que dudan en hacerlo. Ya sea porque son introvertidos, tienden a pensar un poco antes de contribuir o simplemente estén teniendo un mal día. Puede ser difícil involucrar a los niños y animarlos a sumar sus voces a las discusiones del grupo.



Muchos maestros nos han dicho que el desafío de lograr que los estudiantes participen se ha intensificado en el aprendizaje remoto. Las plataformas digitales pueden crear barreras de comunicación adicionales, por ejemplo, saber cuándo hablar o cómo leer elementos sutiles pero importantes del discurso, como el lenguaje corporal y las expresiones faciales de una persona. Además, las discusiones en línea a menudo se ven obstaculizadas por la variabilidad en el acceso de los estudiantes a la tecnología y por preocupaciones de privacidad, en consecuencia, muchos maestros han tenido que depender de que los estudiantes envíen trabajos a través de canales aislados, como el correo electrónico.


Resulta que requiere algo de trabajo adicional hacer que los alumnos contribuyan en las aulas virtuales. “Seguimos llamando nativos digitales a esta generación como si fueran simplemente genios de todo lo computarizado. No lo son”, escribió Tim O'Brien en Facebook. “Necesitan apoyo personal, andamiaje y tranquilidad que la tecnología no les brinda. Es simplemente una herramienta, no un maestro".


Para descubrir cómo mejorar las discusiones de los estudiantes y la participación en el aprendizaje en línea seleccionamos algunas estrategias, entre cientos de propuestas que se generaron en las redes sociales, e hicimos un seguimiento con más de 20 educadores para ver cómo abordaron el desafío la primavera pasada. Los maestros ofrecieron una variedad de estrategias inteligentes, tanto sincrónicas como asincrónicas, para integrar los valores y las voces de todos los niños, incluso los más tranquilos o con horarios interrumpidos, en sus clases este otoño.


Para una mejor comprensión de estos conceptos, debemos aclarar que una actividad sincrónica es aquella en que comunicación ocurre en tiempo real, por ejemplo una videoconferencia, si un alumno participa o hace una pregunta, la respuesta del docente puede ser inmediata pues están compartiendo un mismo espacio virtual. Por el contrario, en una actividad asincrónica, la comunicación se difiere en el tiempo; ejemplos de esto son responder un cuestionario, o bien, hacer una presentación de diapositivas y luego enviarlos. La respuesta del docente a estas actividades no ocurrirá en forma inmediata sino un tiempo después de que les sean enviadas.



ESTRATEGIAS SINCRÓNICAS


Para el aprendizaje sincrónico, algunos maestros dijeron que tradujeron las estrategias de discusión tradicionales del aula a video chats en vivo, mientras que otros encontraron que las herramientas digitales ayudaron a impulsar la participación en el aula. Estos son ejemplos de estrategias sincrónicas.

  1. La discusión de telaraña: esta primavera, durante el aprendizaje remoto, los estudiantes de la clase de secundaria de Shai Klima dirigieron sus propias discusiones en Google Meet. Antes de la clase en vivo, los estudiantes respondieron algunas preguntas de forma independiente y luego compartieron sus respuestas al comienzo de la reunión como punto de partida para una discusión más amplia en clase. Mientras los estudiantes conversaban en video, Klima escuchó y trazó líneas en una hoja de papel siguiendo el flujo de la conversación, lo que resultó en un esquema semejante a una telaraña. Al final de la discusión, Klima compartió el dibujo en video y luego pidió a los estudiantes que reflexionaran sobre la experiencia y lo que aprendieron sobre quién hablaba, quién escuchaba y quién construía sobre las ideas de los demás. “Ha tenido éxito como un medio para que los niños reconozcan a sus compañeros el haberles ayudado a pensar en nuevas ideas, lo que ayuda a construir una buena relación”, dijo Klima, además, la estrategia permitió que los estudiantes con ancho de banda limitado se unan a las reuniones.

  2. Usar el chat para verificar la comprensión: después de dar lecciones la primavera pasada, Paul France hizo que sus alumnos de tercer grado usaran la función de chat de Google para hacer y responder preguntas o escribir emojis, como un pulgar hacia arriba o hacia abajo, para indicar si entendieron un concepto. Condujo a sus estudiantes a crear normas en torno al uso de la función de chat; por ejemplo, decidieron como grupo usar sólo un emoji a la vez. France dijo que esta práctica lo ayudó a verificar la comprensión de los estudiantes y los impulsó a involucrarse más con el contenido. Mientras tanto, la maestra de jardín de infantes, Ruth Calkins, utilizó el chat de Zoom cuando impartía lecciones en vivo con sus alumnos de jardín de infantes. Dijo que les gustaba escribir "V" o "F" en el cuadro de chat para responder “Verdadero” o “Falso” a problemas matemáticos, y algunos incluso intentaron escribir oraciones en respuesta a sus preguntas. Escribir respuestas también les proporcionó mucha práctica con el teclado a sus jóvenes estudiantes.

  3. Cambie su salón de clases para estimular una discusión más profunda: Forrest Hinton, un maestro de matemáticas de escuela secundaria, dice que una combinación de instrucción asincrónica y sincrónica funcionó bien para estimular la discusión de los estudiantes en el aprendizaje remoto. Primero, enseñó contenido nuevo de forma asincrónica a través de videos grabados y actividades en línea. Al comienzo de su clase en vivo, los estudiantes resumieron brevemente los conceptos que habían aprendido juntos y luego se dividieron en salas de grupos para resolver problemas relacionados en grupos pequeños. Cambiar su salón de clases le permitió a Hinton dedicar menos tiempo de clase a la instrucción directa, y escuchar a los estudiantes al comienzo de la clase y después, en grupos pequeños, lo ayudó a identificar, y luego abordar, los conceptos en que sus estudiantes tenían dificultades. “Esto me ha permitido aclarar conceptos de una manera más específica y apoyar mejor a los estudiantes”, dijo Hinton.

  4. Adaptación de la técnica “pensar y compartir con sus pares” a una videoconferencia: Ryan Tahmaseb, director de servicios bibliotecarios, dice que brindar más actividades de aprendizaje basadas en proyectos a sus estudiantes de primaria y secundaria, y permitirles más autonomía sobre las tareas, naturalmente fomentaba discusiones más enriquecedoras en aprendizaje virtual. "Si les damos a los estudiantes la mayor libertad posible para experimentar, investigar y perseguir intereses dentro de nuestra área de contenido, entonces inevitablemente tendrán mucho más que decir", dijo Tahmaseb. En lo que respecta a las discusiones en clase, Tahmaseb adaptó la técnica de pensar y compartir con sus pares a una videoconferencia. Se les dio a los estudiantes la pauta para una discusión, se dividieron en grupos pequeños que luego discutieron en salas separadas registraron sus respuestas en un documento de Google colaborativo, lo que les permitió compartir sus pensamientos por escrito o leer en voz alta. Dado que Tahmaseb no estaba en cada sala de grupos para escuchar las conversaciones, el documento de Google permitió que los estudiantes fueran responsables. Después, toda la clase volvió a reunirse y voluntarios de cada grupo compartieron sus respuestas con todos.

  5. Un nuevo giro en la técnica “mostrar y contar”: para que los estudiantes se sientan cómodos con la participación en línea, Brittany Collins, coordinadora de enseñanza y aprendizaje de Write the World, una comunidad global de escritura en línea para estudiantes de secundaria y preparatoria, convirtió una familiar actividad “mostrar y contar” en "pensar, escribir, compartir". Por ejemplo, Collins pidió a los estudiantes de secundaria y preparatoria que buscaran una foto, pintura o dibujo que representara una conexión intergeneracional y que respondiera de forma independiente escribiendo respuestas a las siguientes preguntas antes de discutirlas en videoconferencia en clase: ¿Qué estamos mirando? ¿Qué puedes decir sobre eso? ¿Qué notas (ves, sientes, sabes)? ¿Qué más podemos descubrir? ¿Qué te preguntas? “Ayuda a romper el hielo en un entorno de aprendizaje virtual donde la participación no planificada puede resultar un desafío para algunos estudiantes”, dijo Collins.


ESTRATEGIAS ASINCRÓNICAS


Aunque algunos profesores (y estudiantes) dijeron que las discusiones sincrónicas eran más atractivas porque se parecían a un aula tradicional, muchos educadores encontraron que las discusiones asincrónicas eran más equitativas porque abrían la participación a estudiantes con poco ancho de banda, que tenían limitaciones de horario o que se sentían incómodos al interactuar con toda la clase.

  1. Los foros en línea crean un diálogo de ida y vuelta: Angelina Murphy, profesora de inglés de secundaria, dijo que usó las preguntas de Google Classroom para que su clase respondiera a las lecturas y los mensajes de discusión en el aprendizaje remoto la primavera pasada. Cuando cada estudiante comentaba, Murphy respondía con preguntas aclaratorias para crear un diálogo de ida y vuelta y también pidió a los estudiantes que respondieran al menos a dos de los comentarios de sus compañeros para crear una base de discusión más amplia. La maestra de quinto grado, Raquel Linares, dijo que usó Nearpod Collaborate, que puede usarse en Android y Apple. Es un tablero de colaboración virtual, para que los estudiantes compartan imágenes o escriban una respuesta para mostrar lo que han aprendido sobre un artículo que leían. Para inspirar la conexión y la reflexión entre los compañeros de clase, Linares también usó Flipgrid, otra aplicación disponible para teléfonos inteligentes que les permite a los estudiantes escuchar las voces de sus compañeros aún en actividades remotas.

  2. Ver y criticar el trabajo de sus compañeros a través de paseos por galerías virtuales: según Joe Marangell, profesor de estudios sociales de secundaria, los “paseos por galerías virtuales” dan a los estudiantes la oportunidad de ver los proyectos de sus compañeros mientras aprenden unos de otros. Después de que sus estudiantes presentaron sus propios proyectos a través de screencasts de cinco minutos, se les pidió que dieran retroalimentación al menos a otros dos estudiantes en torno a sus screencast. Con Google Sheets, los estudiantes proporcionaron comentarios a sus compañeros respondiendo las siguientes preguntas: ¿Qué cosa nueva aprendí sobre este tema?; ¿Qué me sorprendió?; ¿Qué me gustó de esta presentación? El formato en línea le dio a cada estudiante la oportunidad de ver el trabajo de sus compañeros y su evaluación en el suyo para una reflexión más profunda, dijo Marangell.

  3. Lluvia de ideas de estaciones móviles en línea: cuando las actividades de lluvia de ideas de estaciones móviles o carrusel se llevan a cabo en entornos de aula tradicionales, pequeños grupos de estudiantes rotan alrededor de la sala a diferentes estaciones para responder las indicaciones, ver y agregar algo a las respuestas de cada grupo. Para traducir esto a un entorno en línea, Marangell dividió a sus estudiantes en grupos en línea y creó documentos de Google compartidos, o una serie de diapositivas de Google, para las indicaciones o preguntas. Cada grupo dejó sus pensamientos en torno a las preguntas hacia la fecha de entrega asignada y luego siguió comentando las respuestas de los otros grupos al día siguiente. “La estrategia incluso les permite mantener un sentido de comunidad en el aula en un entorno virtual”, dijo Marangell.


Fuente original: redmagisterial.com

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