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¡6 estrategias infalibles para activar el poder de aprender de tus alumnos!

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Si alguna vez te has preguntado cómo ayudar a tus alumnos a estudiar de manera más eficaz, aquí tienes la respuesta. Muchos niños y adolescentes creen que subrayar y copiar apuntes es suficiente, pero la profesora Alison Stone, con casi veinte años de experiencia, publicó recientemente un artículo en el portal educativo Edutopia titulado: Técnicas de estudio respaldadas por la ciencia y el mensaje de ese trabajo es claro: “Existen métodos respaldados por la ciencia que realmente funcionan”. ¡Y está aquí para compartirlos contigo!


aprendizaje, alumnos

¿Por qué enseñar a estudiar?


Stone comenta que es común asumir que los estudiantes ya saben estudiar, pero la realidad es que muchos utilizan técnicas ineficaces que los llevan a frustrarse. “Si no les enseñamos buenas estrategias, seguirán sintiéndose perdidos”, explica. Para cambiar esto, dedica tiempo en sus clases a introducir estrategias respaldadas por la ciencia cognitiva que transforman la forma de aprender.


Las 6 estrategias que cambiarán todo


Estas son las seis técnicas recomendadas por los Learning Scientists, un equipo de expertos en ciencia cognitiva. Vamos a desglosarlas con ejemplos que puedes usar en tus clases:


  1. Práctica de recuperación: Enseña a los estudiantes a recordar información sin depender de sus apuntes. Por ejemplo, después de una lección, pídeles que hagan una lluvia de ideas sobre los conceptos clave. También pueden usar tarjetas de memoria para desafiarse entre compañeros. Esta técnica fortalece la memoria a largo plazo y prepara para exámenes.

  2. Práctica espaciada: En lugar de aprender todo de golpe, anima a tus alumnos a estudiar un poco cada día. Por ejemplo, pueden repasar el vocabulario de una unidad durante varios días en sesiones de 15 minutos. Esto les ayuda a consolidar la información de forma gradual y efectiva.

  3. Codificación dual: Usa imágenes y texto para facilitar el aprendizaje. En una clase de ciencias, los estudiantes pueden dibujar diagramas de las partes de una planta mientras escriben las funciones de cada parte. En historia, pídeles que creen una línea del tiempo ilustrada con eventos clave. Esto les da varias formas de recordar la información.

  4. Elaboración: Fomenta que los estudiantes hagan preguntas para profundizar en los temas. Por ejemplo, en una clase de geografía, pueden preguntar: “¿Por qué este país tiene este clima?” y buscar respuestas en el material. Esto les ayuda a entender cómo los conceptos se conectan y a recordarlos mejor.

  5. Entrelazado: Combina diferentes temas para que vean conexiones. En matemáticas, mezcla ejercicios de multiplicación y división en lugar de trabajar cada uno por separado. Esto entrena a los estudiantes a aplicar sus conocimientos en contextos variados.

  6. Ejemplos concretos: Usa situaciones reales para explicar conceptos abstractos. En ciencias, ilustra el ciclo del agua con ejemplos locales, como ríos o lagos cercanos. Esto hace que las ideas sean más tangibles y fáciles de comprender.



Evitar las trampas más comunes


Una de las mayores trampas es la “trampa de la familiaridad”: cuando los estudiantes creen que saben algo porque les suena familiar. Stone enseña a combatir esto con mapas conceptuales y reorganización de notas. Por ejemplo, los alumnos pueden agrupar conceptos relacionados en un esquema visual, conectándolos con flechas que expliquen las relaciones entre ellos. “Esto les ayuda a identificar lo que realmente saben y lo que necesitan repasar”, explica.


Aprender de los errores


Stone también fomenta la reflexión después de los exámenes. Los estudiantes revisan sus errores y analizan qué técnicas de estudio no funcionaron. Por ejemplo, pueden identificar si confiaron demasiado en el subrayado en lugar de practicar la recuperación. Esto les da herramientas para mejorar.


Impacto más allá de las calificaciones


Para Stone, el objetivo no es sólo que los estudiantes obtengan buenas calificaciones, sino que desarrollen habilidades para enfrentar desafíos académicos en cualquier materia. Cuando aplican estas técnicas y ven resultados, ganan confianza y motivación.

Estas estrategias no son sólo para estudiantes de secundaria; también funcionan para primaria, adaptando las actividades a su nivel. Por ejemplo, los niños más pequeños pueden practicar la recuperación jugando juegos de memoria o dibujando lo que aprendieron en clase.


¡Como docente, tienes el poder de transformar la forma en que tus estudiantes aprenden! Introducir estas técnicas mejoran el rendimiento académico y les permite desarrollar habilidades para toda la vida. Como dice Stone: “Se trata de trabajar de manera más inteligente, no más dura”. ¡Anímate a probarlas en tu salón y descubre el impacto!


Les recomendamos compartir con sus alumnos estos dos webinars que les mostrarán buenas prácticas para mejorar su forma de estudiar y de trabajar con la tecnología.







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