5 secretos que sí funcionan para mejorar el aprendizaje en línea
5 secretos que sí funcionan para mejorar el aprendizaje en línea
Llamar a 2020 un año turbulento sería quedarse corto. A medida que la pandemia interrumpió la vida en todo el mundo, los profesores se esforzaron por transformar sus aulas físicas en virtuales, o incluso híbridas, y los investigadores empezaron a recopilar información sobre lo que funciona y lo que no funciona en los entornos de aprendizaje en línea de todo el mundo.
Así inician su artículo los autores Youki Terada y Stephen Merrill del portal de la fundación educativa Geoge Lucas, Edutopia. A continuación, presentamos las conclusiones de algunos de los estudios que estos autores han destacado en su publicación.

1. PARA ENSEÑAR VOCABULARIO, DEJE QUE LOS NIÑOS SEAN PROTAGONISTAS
Al estudiar un nuevo idioma, pida a sus alumnos que representen con movimientos las palabras del nuevo vocabulario que están aprendiendo. Es divertido dar rienda suelta al actor interior de un niño, por supuesto, pero un estudio de 2020 concluyó que casi duplica su capacidad para recordar las palabras meses después.
Los investigadores pidieron a los estudiantes de 8 años que escucharan palabras en otro idioma y luego usaran sus manos y cuerpos para imitar las palabras, por ejemplo, abriendo los brazos y fingiendo volar, cuando aprendían la palabra alemana flugzeug, que significa “avión”. Después de dos meses, estos jóvenes actores tenían un notable 73 por ciento más de probabilidades de recordar las nuevas palabras que los estudiantes que habían escuchado sin gestos acompañantes.
Es un simple recordatorio de que, si desea que los estudiantes recuerden algo, anímelos a aprenderlo de varias formas: dibujándolo, representándolo o combinándolo con imágenes relevantes.
2. LOS NEUROCIENTÍFICOS DEFIENDEN EL VALOR DE ENSEÑAR LA ESCRITURA A MANO, UNA VEZ MÁS
Para la mayoría de los niños, escribir simplemente no es suficiente. En 2012, los escáneres cerebrales de niños prealfabetizados revelaron circuitos de lectura cruciales que cobraban vida cuando los niños escribían letras a mano y luego intentaban leerlas. El efecto desapareció en gran medida cuando se mecanografiaron las letras.
Más recientemente, en 2020, un equipo de investigadores estudió a niños mayores, estudiantes de séptimo grado, mientras escribían a mano, dibujaban y mecanografiaban palabras, y concluyeron que la escritura y el dibujo producían trazos neuronales reveladores que indicaban un aprendizaje más profundo.
“Siempre que se incluyen movimientos autogenerados como estrategia de aprendizaje, se estimula una mayor parte del cerebro”, explican los investigadores, antes de hacerse eco del estudio de 2012: “También parece que los movimientos relacionados con la escritura del