Nombrado en inglés, el “Blue Monday” es el día más triste del año. Desde 2005, el psicólogo inglés Cliff Arnall declaró con ese nombre al tercer lunes de cada año, bajo el encargo de la agencia de viajes Sky Travel para determinar el día más triste o depresivo del año y actuar en consecuencia para incentivar viajes en esta breve temporada de bajas ventas.
El resultado fue esta fórmula de Cliff Arnall, con carácter pseudocientífico en opinión de muchos medios y especialistas:
Donde
"C" es el factor climático
"D", las deudas que nos dejan las navidades
"d" es el dinero cobrado en enero
"T" es el tiempo transcurrido desde el final de la Navidad
"I" es el tiempo transcurrido desde el último intento fallido de eliminar un mal hábito
"M" son las motivaciones del individuo
"NA" es la necesidad de actuar para cambiar la vida.
Lo que puede ser relevante de este día triste, que en este año 2023 corresponde al lunes 16 de enero, es el impacto que algunas variantes pueden tener en nuestras vidas y en las de nuestros estudiantes, pensando sobre todo en los adolescentes.
Desde que tiene uso de razón quien escribe esta nota, ha escuchado la expresión “cuesta de enero”, que es nuestra versión de un día (o incluso semanas) triste, entendido como el momento en que se comienza a pagar las consecuencias de los excesos cometidos en la loca carrera llamada Guadalupe-Reyes.
Aunque las condiciones sociohistóricas y geográficas de México e Inglaterra no son coincidentes en muchos aspectos, parece que la variable “I” es la única que aparentemente no nos afecta, al menos en apenas dos semanas del término de las fiestas decembrinas, ya que aún en octubre creemos que podemos cumplir con el propósito anual de bajar de peso, aprender un idioma, terminar la tesis, cambiar de trabajo o finalizar esa relación tóxica, con una esperanza rayana en la demencia.
Parece que todas las demás variables sí pueden afectar al menos a parte de la población. Sin embargo, un indicador de días, semanas o meses “tristes” o depresivos dependen de cada región y tipo de sociedad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de suicidios ha aumentado en México y diciembre es el mes más propenso para cometerlo, sobre todo en jóvenes de entre 14 y 29 años Actualmente es la cuarta causa de muerte en jóvenes y se calcula que en 2029 será la segunda causa de mortalidad juvenil. Por otra parte, de acuerdo con un estudio realizado en los Países Bajos , el mes de enero se presenta como el más triste con un pico en la tasa de suicidios, especialmente en la primera semana del año cuando hasta cinco personas fallecen por esta causa diariamente.
Existen otros estudios que no apoyan la idea de que exista un periodo de tristeza que afecte a todos los países del mundo al mismo tiempo. Un ejemplo es el que realiza cada año la ONG británica New Economics Foundation con sus propias fórmulas y cálculos que componen el Happy Index Planet, o Índice de Felicidad del Planeta. Según este estudio, México es el segundo país más feliz del mundo superado tan sólo por Costa Rica. ¿A quién deberíamos creerle? ¿A la apremiante realidad de la cuesta de enero o a este estudio realizado en Inglaterra? Quizá sea sólo otro ejemplo de la imposibilidad de hacer generalizaciones sobre el tema.
A pesar del descrédito o muy relativa veracidad de la “fórmula” que debe sustentar el Blue Monday, la resaca o cruda derivada de las fiestas decembrinas, con sus gastos excesivos, con altas expectativas poco asequibles, un clima muchas veces adverso, sumado a la soledad durante o después de los festejos bien pueden provocar un lunes triste, o un mes completamente espantoso. Por lo que como educadores debemos estar atentos a la salud emocional de nuestros jóvenes siempre, con especial atención en el cierre de un año y comienzo de otro.
Fuente original: redmagisterial.com.
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